| Título del libro | Partidas Argentinas Inolvidables 1970 - 1989 |
|---|---|
| Autor | GM Diego Valerga |
| Idioma | Español |
| Editorial del libro | Ventajedrez |
| Volumen del libro | 2 |
| Con índice | Sí |
| Año de publicación | 2023 |
Prólogo
All that Chess
Asomarse a la historia tiene un sabor diferente cuando se trata de los
años en que uno ha vivido.
La extraordinaria recopilación que el GM Diego Valerga se ha tomado
el meticuloso trabajo de realizar, representa un viaje a aquellos años…
Son los jugadores que le han dado forma a la Escuela Argentina. En este
ambiente nos hemos formado. Directa o indirectamente, la sabiduría
de nuestros grandes jugadores se fue trasmitiendo de generación en
generación.
Hay aquí muchas valiosas partidas que no se encuentran en las bases de
datos, y que, al menos para mi, son todo un descubrimiento. Por ejemplo
, las dos partidas de Claudio Amado, que fue uno de mis referentes
cuando comenzaba, allá por el año 1965, en el Club Estudiantes de La
Plata.
Inolvidables Raúl Sanguineti y Julio Bolbochán: cada vez que abrían la
boca para opinar sobre una posición, todo el mundo se callaba, tal era el
respeto que emanaban.
Conocí un poco más a Rossetto, que me entrenó una semana en su
casa de la calle Curapaligüe: se suponía que yo era el candidato a ganar
el Campeonato Juvenil Argentino, cosa que no se produjo. Recuerdo con
afecto sus clases.
¡Vean la partida que Guimard gana a Salazar, a sus 75 años! ¡Y las
brillanteces de mi amigo el inolvidable Luis Bronstein! ¡Y el sacrificio de
dama de Bulcourf contra Brond!
Habría que nombrar a muchos más, para no ser injusto, que me traen
un emocionante recuerdo de aquellos tiempos. Menos mal que existe
este libro, y que el autor es un Gran Maestro. Preste el lector especial
atención a sus comentarios de alto nivel. Así quedará registro de todas
estas bellas partidas.
Acontecimiento editorial y fuente de aprendizaje, porque los protagonistas
son presentados en sus momentos de mayor inspiración, con ideas
originales e imaginativos golpes tácticos.
Ojalá el ajedrecista en edad madura experimente el mismo entusiasmo
que me provocaron a mí estas partidas. Y a los más jóvenes, por qué no,
no vendría mal empaparse de algo diferente a los módulos de análisis,
y dar un vistazo a la historia, para ampliar su personalidad ajedrecística
en gestación.
Asomarse a un ajedrez sin computadora ni celulares, en que no había
la garantía de un signo de igualdad, o de una evaluación de 0.40, para
sentarse a jugar una variante tranquilo.
Un prólogo debe ser breve: mejor no distraer más al generoso lector con
estas digresiones, para que se zambulla en este libro, que puede leerse
secuencialmente, o a los saltos, según le guste a uno.
Carlos García Palermo
